Partiendo del enfoque que sustenta el modelo educativo, el papel del IEE ante la sociedad como institución de educación superior es promover el desarrollo y crecimiento de los alumnos desde una visión integral implícita en los programas educativos.
La función del IEE ante la sociedad se resume en sumar esfuerzos para favorecer la formación integral y continua de la persona bajo los preceptos definidos por Jacques Delors (1996) como las cuatro funciones de la educación superior, en el artículo redactado para la UNESCO denominado “La educación encierra un tesoro”, y que se resume a continuación precisando en cada una el vínculo con el IEE:
1. Aprender a vivir juntos
El IEE es consciente de su rol como agente generador del respeto mutuo en la población que atiende, y ello parte de la relación existente entre los docentes, alumnos, y el personal directivo y administrativo, consejeros y asesores del IEE, fomentando relaciones saludables entre las partes.
2. Aprender a conocer
Los programas del IEE están alineados a una metodología constructivista que tiene como fin último conseguir el aprendizaje significativo de los alumnos, valiéndose de estrategias como el cuestionamiento, la participación activa del alumno, y la continua retroalimentación que genera entre los alumnos el trabajo cooperativo. También se considera el desarrollo de habilidades de investigación como uno de los principales ejes, incluyendo para ello asignaturas que desarrollen en los alumnos el espíritu indagador, la capacidad de análisis y síntesis y la toma de decisiones.
3. Aprender a hacer
La vinculación de este pilar con la cultura corporativa es inminente. El IEE concibe como eje del proceso enseñanza aprendizaje la inserción del alumno y el docente en el ámbito laboral, enriqueciéndose los resultados obtenidos. La práctica diaria con el conocimiento adquirido en las aulas se fusionan para dar cumplimiento a una de las premisas educativas institucionales: la aplicabilidad inmediata.
4. Aprender a ser
Esta dimensión reconoce la importancia de que el alumno se conciba a sí mismo como un ser especial, rescata aspectos como la autoestima misma que genera la motivación necesaria para mantenerse en la ruta del conocimiento, siempre persiguiendo la meta hasta alcanzarla.