Autores
Alexis Antonio Ramírez Bayona
Invitado IEE Estudiante de 12º semestre de la Licenciatura en Contaduría Pública en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), perteneciente a la División Académica de Ciencias Económico-Administrativas.
Dra. Erika Marcela Medellín de Dios
Egresada IEE Profesora Investigadora en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), en la División Académica de Ciencias Económico-Administrativas. Contadora en un despacho contable y fiscal independiente, especializada en asesoría contable, fiscal y administrativa. Asociada al Colegio de Contadores Públicos del Estado de Tabasco e Integrante del Padrón Estatal de Investigadores del Estado de Tabasco (PEI).
Introducción
La Inteligencia Artificial (IA) es la combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano. (Iberdrola, s.f.).
En la actual era digital, el constante avance tecnológico y la proliferación de la inteligencia artificial están estableciendo nuevos estándares en diversas profesiones, incluida la contaduría. La integración de las nuevas tecnologías ha generado una revolución / cambio en la forma en que se gestionan las actividades.
Todo esto, ha ocasionado que la profesión contable se vea expuesta y vulnerable a ser sustituida o reemplazada. Gracias a que durante los últimos años los procesos contables se han realizado de forma manual, lo cual, con el avance tecnológico actual, ha podido alentar ciertas actividades. Por ello, los organismos tanto públicos como privados han optado por empezar a implementar sistemas que los ayuden a facilitar ciertas tareas.
En este punto, es donde se debe garantizar que se pongan en práctica los principios fundamentales, puesto que la ética en el ejercicio profesional contable debe de garantizar un actuar justo y honesto en el desempeño de las funciones profesionales; y, más aún, cuando se trata de efectuar y aplicar nuevas tecnologías, ya que se debe tener en cuenta la confidencialidad de la información financiera que se esté manejando en base a los nuevos procesos de mejora.
Si bien, la inteligencia artificial tiene la capacidad de ayudar y transformar a la profesión contable, los sistemas que se empleen pueden no procesar grandes cantidades de datos con una precisión que supere a la del profesional, ya que una maquina o un sistema no es capaz de interpretar los resultados que se obtengan de la mejor manera, aunque si bien, sí ayuda a reducir el riesgo de cometer errores al realizar ciertos cálculos.
Es por ello, que los profesionales que decidan ajustarse a los cambios o a una “amenaza” de ser reemplazados por las maquinas, lo hagan teniendo en cuenta los riesgos que pueden surgir, ya que este es un fenómeno de “desplazamiento” que puede generar cierta incertidumbre, por lo que requiere la necesidad de adquirir de forma constante nuevas habilidades y competencias digitales.
La inteligencia artificial ofrece numerosas oportunidades de mejora profesional, sin embargo, también presenta una serie de desafíos que deben de abordarse con suma responsabilidad y cuidado, ya que el profesional que se adapte a las nuevas tecnologías requerirá un compromiso de actualización invariable, tomado de la mano con la ética profesional, ya que al hacerlo, logrará prosperar y no sobrevivir dentro de esta nueva era digital.
Desarrollo
La profesión contable se encuentra inmersa en una serie de cambios que logran reflejar tanto su evolución, desafíos y oportunidades de mejora actuales. Estas, tienen un impacto notable tanto dentro del entorno digital como en la ética y transparencia del profesional, ya que al existir situaciones que impulsan el desarrollo y avance en la automatización o realización de tareas mediante diversos medios tecnológicos, como la inteligencia artificial, tecnologías emergentes o los big data los profesionales se ven obligados a mantenerse a la vanguardia.
Si bien, el impacto de dichas innovaciones ha modificado la realización de tareas diarias, también, ha permitido que se genere un cambio en las competencias que necesitan los profesionales, ya que resulta de suma importancia que el contador se mantenga actualizado y alerta a cualquier situación que pueda provenir.
Con el inmenso avance de la tecnología actual, la competencia profesional en la contaduría y en general, en sus disciplinas afines, se ha vuelto crucial. Ya que el ritmo acelerado que este tiene no solo significa que las actividades a desempeñar sean más precisas si no que, aumenta las expectativas sobre las habilidades y competencias profesionales que debe poseer el profesional, puesto que la información que se maneja es de suma importancia para los clientes.
La UNESCO (2022) define a la competencia como “un conjunto de experiencias de aprendizaje relevantes para el mundo laboral, que incluye el estudio de las tecnologías y las ciencias conexas, y la adquisición de competencias prácticas, actitudes, comprensión y conocimientos”.
La competencia se puede definir entonces como; la combinación de experiencias de aprendizaje, el conocimiento tanto teórico como práctico, y las habilidades y actitudes necesarias para realizar una tarea en particular.
Por ende, se destaca que la evolución constante que ha tenido la profesión contable impera en la necesidad de que el profesional se adapte a un entorno totalmente cambiante y avanzado, que está marcado por la digitalización e innovaciones tecnológicas. En dicho contexto, este no solo tiene un impacto en la realización de ciertas actividades sino que transforma de forma total las competencias que se requieren por parte del profesional. Es decir, que gracias al ritmo acelerado de avance tecnológico que existe, exige que los profesionales se mantengan al día en cuanto a sus habilidades y conocimientos.
Por lo cual, “es importante visualizar de manera integral todos los cambios y necesidades que se van generando en el desarrollo de la profesión, para que se tenga la capacidad de adaptación e identificación de las situaciones que vulneren o puedan vulnerar nuestra ética”. (León M, & Medellín).
Dicho enfoque, resulta no solo en que se conozcan los principios y normas a los que el profesional debe regirse, sino también a la capacidad de combinar dichos conocimientos con nuevas habilidades adaptativas y actitudes proactivas.
En un entorno dinámico, resulta sustancial que los contadores desarrollen habilidades para enfrentar los cambios que surjan de la transformación digital y tecnológica, logrando adaptar así, una mentalidad y disposición abierta.
Además, se debe tener en cuenta que la competencia profesional no se limita simplemente a las habilidades técnicas, sino que también abarca una comprensión integral del impacto que los cambios tecnológicos pueden tener en la profesión contable. Esto incluye poder entender cómo la digitalización afecta la regulación, la ética y el desempeño de las funciones. Por ende, los profesionales deben ser capaces de integrar los avances que se han desarrollado a lo largo del tiempo en sus prácticas, de forma que garanticen que la innovación no compromete su integridad y transparencia al momento de poner en marcha sus funciones.
Ahora bien, hay que estimar que la profesión contable se podría ver un tanto afectada, esto gracias a que ciertos procesos o actividades como los de auditoría y revisión necesitan del contacto profesional-cliente / cliente-profesional y con la tecnología actual dicho intercambio de información ha disminuido. No obstante, este no es un punto que logre desmeritar la aplicación de los avances tecnológicos para la realización de las tareas profesionales.
Y, es aquí, donde entre la rápida evolución tecnológica y los estándares de la profesión contable es que se subraya la importancia de desarrollar una competencia profesional sólida, un comportamiento ético que sea riguroso y un estricto apego a los principios fundamentales. Ya que estos resultan esenciales para asegurar que los profesionales actúen de manera justa, honesta, imparcial y efectiva en el desempeño de sus funciones.
El Código de Ética Profesional del Instituto Mexicano de Contadores Públicos. 12a. Edición, enero de 2020, refiere:
“Lograr y mantener el conocimiento y las habilidades profesionales al nivel necesario para asegurar que el cliente o la entidad para la que trabaja reciben servicios profesionales competentes, basados en las normas técnicas y profesionales actuales y la legislación aplicable”. (p. 9).
Primero, es indispensable reconocer y recalcar que el mundo profesional siempre está en constante evolución, las tecnologías avanzan, las normas cambian y las expectativas de los clientes se transforman. Por ende, los profesionales deben mantenerse a la vanguardia no solo para cumplir con requisitos que imponga la ley, sino para superar las expectativas de sus clientes. Tendiendo así una implicación de compromiso, formación y adaptación de prácticas y herramientas de forma continua.
Con relación a lo anterior, se logra desprender que el desempeño de una buena competencia profesional es importante en un entorno de trabajo que se vuelve cada vez más complejo; los contadores deben de adquirir más que habilidades técnicas avanzadas, ya sea el manejo de un software contable, la habilidad de interpretar grandes volúmenes de datos y de gestión. Todo esto, gracias a que la competencia profesional
no solo refiere al conocimiento y habilidades técnicas, sino a cómo se aplica dicho conocimiento de manera efectiva en situaciones reales.
Así pues, el correcto cumplimiento de las normas y técnicas es indispensable para garantizar la ética en el ejercicio profesional. Un profesional que se actualiza de manera constante está mejor preparado para lograr interpretar y aplicar correctamente los avances actuales adquiridos, protegiendo tanto a su cliente como su trabajo y asegurando un servicio de calidad más eficaz y preciso.
Un aspecto adicional a considerar en el contexto de la evolución respecto a esta profesión es la suma necesidad de fortalecer la capacidad de los profesionales para proteger la información que gestionen. En un entorno que está digitalizado y altamente conectado, los contadores deben de asegurarse que los medios que empleen para realizar sus procesos contables sean confiables, ya que al manejar volúmenes de datos importantes y confidenciales, se debe de garantizar la seguridad y privacidad de la información.
Por ejemplo, la implementación de medidas robustas de ciberseguridad y la comprensión de los riesgos que se puedan ver asociados con la gestión de los datos se vuelven fundamentales para que se preserve la integridad de la información financiera y confidencial de los clientes.
De igual forma, hay que evitar que el profesional tienda a desarrollar una creciente dependencia a las tecnologías, como la inteligencia artificial o los big data, pues a pesar de que añaden facilidad y rapidez al manejo de la información, se debe tener en cuenta la complejidad y responsabilidad, donde el profesional sepa equilibrar la innovación con un sólido enfoque en la protección de datos.
Dicho esto, además de implementar buenas competencias técnicas profesionales y de ética, se suma la habilidad de efectuar y supervisar prácticas de seguridad adecuadas. Convirtiéndose así, en una parte integral de un perfil profesional modernizado, de forma que el profesional mantenga una adaptación a los avances tecnológicos en conjunto con un estándar elevado en la confianza y protección en la nueva era digital, entregando a los clientes la rectitud de la profesión.
Conclusión
Con estos puntos en mente, queda claro que la competencia profesional en el ejercicio contable va más allá de tener un conocimiento técnico. Implica una gestión integral de los avances tecnológicos, y el impacto que estos tengan en base a su implementación y aplicación, generando así una evolución, “metamorfosis”. Que según la RAE (2023), esta se define como “la transformación de algo en otra cosa”.
Todo esto, gracias a que la profesión contable está atravesando una etapa de transformación continua, impulsada por la incorporación de tecnologías emergentes. Lo que ocasiona que dicha metamorfosis no solo está redefiniendo a las prácticas tradicionales, sino que también está estableciendo nuevos estándares y competencias necesarias para el
desarrollo del ejercicio profesional. Por tanto, es imperativo que los contadores se adapten de forma constante y permanente a los avances que vayan surgiendo, para que mantengan su relevancia en las funciones que desempeñen.
Asimismo, se tiene que asegurar que los servicios profesionales sean competentes y se realicen conforme a las normas técnicas y regulaciones actuales. Siendo el profesional capaz de enfrentar los desafíos de un entorno digitalizado, puesto que la evolución en la profesión contable es una oportunidad que redefine el gremio y eleva sus estándares.
Los contadores deben estar preparados para desarrollar su profesión con suma responsabilidad, enfrentarse a una sociedad que debe aprender a ser fundamentada en lo ético y reflejar el comportamiento de la formación recibida, en el que se sea capaz identificar las deficiencias para el correcto cumplimiento del desarrollo de la profesión. (León M, & Medellín).
En general, este proceso de transición en las actividades que está existiendo con la implementación de las nuevas tecnologías dependerá en tanto, de la habilidad www.iee.edu.mx que el profesional tenga para abrazar este cambio, y
para no dejar que desmerite sus funciones. Pues lo primordial es hacer siempre de la profesión contable un equilibrio sobre la base de su trabajo; entre las habilidades y conocimientos que el profesional tenga junto con la innovación actual. No dejando de lado la importancia de mantener la confidencialidad en el manejo de la información financiera de los usuarios.
Referencias
Código de Ética Profesional – ISBN 978-607-563-031-1 12a. Edición, enero de 2020
Iberdrola. (s.f) ¿Qué es la Inteligencia Artificial? Recuperado 19 de julio de 2024, de https://www.iberdrola.com/innovacion/que-esinteligencia- artificial
León M, & Medellín. (2023). La importancia de la conducta ética en el desarrollo del ejercicio
profesional contable. IEE. México, https://www.iee.edu.mx/boletin-fiscal/
Real Academia Española (2023). Metamorfosis, https://dle.rae.es/metamorfosis
UNESCO (2022). Competencias de trabajo, https://www.unesco.org/es/skills-work-life/needknow
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