“Las más reconocidas mujeres en la historia voltean siempre a la reivindicación femenina en sus diversos ámbitos; desde la cultura, la educación, la política y muchos más en los que su labor es indispensable, es donde se gestan los cambios de cualquier índole.”

Ciudad de México a 1 de marzo de 2021

Estimada comunidad IEE:

Estamos en la víspera del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) en el que escucharemos sobre la igualdad de género y los derechos de las mujeres, objetivos que esperamos se cumplan a la brevedad de manera cabal. También presenciaremos marchas a puño alzado para manifestar la voluntad clara de que las cosas cambien de forma definitiva y el tema se politizará seguramente, quizá con razón.

De manera que vale la pena hablar de mujeres que, a pesar de enfrentar obstáculos notables en un mundo plagado de discriminaciones, lograron cambiar el sentido de la historia. No fueron mujeres de una lucha de momentos, sino de vidas ejemplares; no las que hicieron un caos mayor del que enfrentaron, sino que brillaron a pesar de él; aquellas cuya obra tocó y transformó muchos corazones; cambios reales y tangibles donde encontramos la verdadera trascendencia. Elegiremos tres (de entre millones) que representan por entero a ese perfil inspirador de damas que luchan con armas absolutamente femeninas: inteligencia, determinación, astucia.

Isabel la Católica (1451-1504) es la política; rechazó cualquier matrimonio arreglado que le trajera ventajas de Estado y accedió al poder a pesar de los enemigos que se granjeó en ese hacer las cosas de manera diferente. Actuó con valentía y tomó decisiones siempre con ese matiz que le hizo pasar a la historia como un mito auténtico. Pero no sólo fue acceder al poder, sino emplearlo en confeccionar mejores ciudadanos y un país poderoso; sus logros como gobernante son impresionantes: creó España como país, que era un grupo de reinos independientes y también el Estado moderno; bajo su patrocinio se descubrió América; comisionó a Antonio de Nebrija dar gramática al castellano (español), primera lengua romance en tenerla; consolidó, con la expulsión de los moros de la península después de siete siglos, la unidad de la nación eje de la política mundial. Fue por todo ello que, a pesar de la época formalmente masculina en la que vivió, se reconoce su gran valía en aquel refrán que todavía conocemos: ‘Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando’.

A nuestra sor Juana no la vemos sólo como poeta, sino como filósofa. Enfrenta un México (Nueva España) que niega la educación formal a las mujeres. Más allá del reconocimiento poético de la llamada ‘Décima Musa’, es de admirar el grado de pensamiento que alcanzó siendo autodidacta; su celda era el lugar de tertulias de la gente culta. Es en el poema ‘Primero sueño’ (1685) donde Sor Juana muestra lo mejor de su talante filosófico: 975 versos a través de los cuales se explora la aventura del alma humana en la búsqueda del conocimiento hasta llegar a la contemplación de la verdad. No serán pocos los que consideren a nuestra monja jerónima como la primera filósofa latinoamericana, con lo cual hacen justicia. ¡Qué mejor forma de desafiar los privilegios de los hombres justo con la educación y la erudición!

Taylor Caldwell es la escritora, una mujer que poco amor recibió en sus trances familiares y sin embargo su gran legado fue la alegría y satisfacción aunada a la reflexión y crecimiento que proporcionó a millones de personas que hemos gozado y leído sus libros. Inglesa avecindada en Norteamérica, ha vendido más de 35 millones de ejemplares de obras que lo mismo te presentan a Aspasia de Mileto (otra mujer admirable) en ‘Gloria y Esplendor’, que al evangelista San Lucas (‘Médico de cuerpos y almas’), pasando por Marco Tulio Cicerón (‘La columna de Hierro’). Pero para llegar allí tuvo que refugiarse en pseudónimos masculinos (Marcus Holland, Max Reiner) hasta que su prestigio y su indiscutible calidad la convirtieron en una de las escritoras más leídas del siglo XX y de lo que va del XXI.

Las más reconocidas mujeres en la historia voltean siempre a la reivindicación femenina en sus diversos ámbitos; desde la cultura, la educación, la política y muchos más en los que su labor es indispensable, es donde se gestan los cambios de cualquier índole. El asalto de ellas y de millones más es definitivo y nos muestra que, además de ser respetadas y amadas, las mujeres merecen contemplarse.

- Salvador Leaños -