“Aprestémonos a vivir un nuevo año que será especial, pues el 2019 será donde celebraremos medio siglo de vida de nuestra institución. Y creemos que 50 años son un buen comienzo para una gran historia. Habrá que seguir construyéndola y que así sea. Feliz 2019 y feliz 50 aniversario a toda la comunidad del Instituto de Especialización para Ejecutivos”.

Guadalajara, Jalisco a 2 de enero de 2019

Estimada comunidad IEE:

Nuestra condición humana presenta varias dualidades que, a pesar de ser contradictorias, son necesarias en nuestra contingencia. Así, sin dejar de ser nosotros podemos estar dormidos o despiertos, sanos o enfermos, hambrientos o satisfechos; pero sin duda la más apasionante es la que conforman nuestra parte material, es decir nuestro cuerpo, y la no material, donde se alojan nuestro carácter, voluntad y sentimientos: le llaman espíritu.

En la parte material tenemos el ojo, que para cumplir su función requiere tres elementos: un ojo sano, un objeto con forma y color, y la luz, pues sin luz no habría percepción o si fuera defectuosa la percepción sería errónea. En la parte no material las veces del ojo las hace el intelecto, las ideas corresponden a los objetos físicos y la verdad es el equivalente a la luz. En el ojo se llama visión y permite ver; en la mente se llama razón y permite conocer, pero sobre todo entender.

La parte material percibe a través de los sentidos, por eso se llama sensible, mientras la no material lo hace a través del intelecto, y se llama inteligible. Allí está la dualidad más clara que nunca: el mundo sensible, que es mutable, corruptible y temporal, y el mundo inteligible, que es inmutable, incorruptible y eterno.

A lo largo de la historia han existido recintos que se consideran lugares sagrados porque son un umbral que comunica los dos mundos, por ejemplo los cementerios, que nos vinculan con la idea de la muerte y del más allá, o los templos y las iglesias que religan a la creatura con su creador, pero también las escuelas, que nos presentan el maravilloso mundo del conocimiento y la intelectualidad.

Por ello esos recintos sagrados han existido desde siempre con vidas muy longevas: la Academia de Platón duró nueve siglos, la Universidad está por cumplir mil años de existencia, pues Bolonia se fundó en 1088. En el 2018 Salamanca, la princesa de los saberes y madre de todas las universidades de Iberoamérica, cumplió 800 años. En México la tradición universitaria está por cumplir 500 años desde que en 1551 se fundara la Real y Pontificia Universidad de México.

Y en este año que inicia, nuestro Instituto de Especialización para Ejecutivos cumple 50 años, y creemos que estamos en la mejor edad, pues mientras que en la niñez y adolescencia vives con muchas expectativas y estás más en el futuro que en el presente, en la vejez, en cambio, tienes mucha memoria y vives más en el pasado que en el presente. Es en la juventud y en la madurez cuando vivimos en el momento que estamos, es decir el presente, de tal suerte que es cuando podemos crear, crecer, consolidar. Y es justo allí donde estamos.

Porque 50 años acusan madurez pero también juventud, con la gran ventaja que al tocar el mundo inteligible, donde habita la verdad que nunca envejece, la juventud y madurez son eternas.

Aprestémonos a vivir un nuevo año que será especial, pues el 2019 será donde celebraremos medio siglo de vida de nuestra institución. Y creemos que 50 años son un buen comienzo para una gran historia. Habrá que seguir construyéndola y que así sea. Feliz 2019 y feliz 50 aniversario a toda la comunidad del Instituto de Especialización para Ejecutivos.

Salvador Leaños

- Salvador Leaños -