Mientras los años sigan firmes en el cumplimiento de su labor, que es pasar, nosotros enfrentaremos siempre situaciones nuevas sin importar qué tanta experiencia tengamos en la vida, lo que nos permite poner en práctica nuestra capacidad de asumir nuevas posiciones y retos en todos los ámbitos.
Algunos tuvimos Navidad y Año Nuevo estrenando el rol de abuelos, otros además por partida doble con dos bellas damitas que son un recado del buen Dios; pocos rostros tienen tanta cantidad de Él. Al contemplarlas no puede uno más que pensar en la maravilla de cada nueva vida humana, así como intuir al Creador de esas bellezas que ponen de manifiesto al mismo tiempo las semejanzas y las diferencias que tienen las creaturas. Pero también preguntarnos qué nuevas responsabilidades asumimos para con esa generación en ciernes que complemente la labor de los padres. Al rol de abuelo se unen algunos anteriores para ayudarlo: el sociólogo, el filósofo y el educador, por contar algunos, aunque en realidad son muchos más; cada uno aporta su perspectiva a la nueva encomienda en sus términos particulares.